En esta oportunidad, hablaremos acerca de la dirofilariasis, una interesante enfermedad que, aunque es propia de los perros, puede presentarse ocasionalmente en humanos donde representa un verdadero desafío diagnóstico. Se trata de una parasitosis causada por el gusano del género dirofilaria. Ésta es una zoonosis, es decir, una enfermedad propia de los animales que puede transmitirse a las personas.
Cuando afecta a los perros, generalmente se trata de una enfermedad grave, la cual puede llevar a insuficiencia cardíaca, debido a que estos gusanos forman una masa en el lado derecho de su corazón. Por este motivo suele llamarse coloquialmente «gusano del corazón del perro». En los humanos, sin embargo, puede alojarse en el tejido pulmonar, donde a menudo se confunde con un tumor maligno en las pruebas de imagen.
Agente causal
La dirofilaria es un género de nematodos o «gusanos redondos». La especie de dirofilaria que causa la enfermedad con mayor frecuencia es la D. Inmitis. Este tipo de gusanos se caracterizan por tener un tener un cuerpo alargado y cilíndrico. Es un parásito prevalente en zonas tropicales y templadas.
Su huésped definitivo es un compañero común en nuestros hogares: el perro, además de otros mamíferos, siendo el ser humano un huésped accidental, ya que habitualmente no está involucrado en el ciclo vital del parásito.
A sí mismo, otro elemento importante del ciclo vital es su huésped intermediario: el mosquito (los géneros Aedes, Anopheles, Culex y Taeniorhynchus). Esto se debe a que en su interior la dirofilaria se desarrollan hasta llegar a la etapa adulta.
Ciclo vital
- El mosquito pica al huésped definitivo: En esta etapa el mosquito pica al perro infestado por el parásito. Una vez que la sangre infestada está en el interior del mosquito, los gusanos se desarrollan hasta su forma adulta. Un proceso que suele durar de 10 a 15 días.
- La dirofilaria pasa a la saliva del mosquito: en este periodo la picadura del mosquito es potencialmente infestante.
- El mosquito pica a otro perro: allí los gusanos entran a través de la herida ocasionada por la picadura, y circulan a través de la sangre hasta llegar al corazón del canino. Una vez allí se vuelven adultos sexualmente activos, reproduciéndose y formando una masa en el ventrículo derecho que termina en falla cardíaca.
Ahora bien, este es el ciclo habitual o normal de vida de la dirofilaria. Sin embargo, el mosquito infestante también puede picar al ser humano, convirtiéndolo en un huésped accidental.
Nosotros somos considerados huéspedes «Sin salida» para la dirofilaria. Ya que los gusanos no pueden reproducirse en nuestro interior, y terminan muriendo. De manera que un mosquito no puede adquirir la dirofilaria de nuestra especie. La transmisión siempre será perro a mosquito, mosquito a perro, o mosquito a humano, nunca humano a mosquito.
Si a una persona la pica un mosquito infestante, generalmente el gusano no pasa del tejido celular subcutáneo (la capa profunda a la piel). Sin embargo, en algunas ocasiones puede atravesar ésta barrera, alcanzar el torrente sanguíneo de la persona hasta alojarse en los pulmones, formando un nódulo o «masa» benigna.
Manifestaciones clínicas
Podrías tener dirofilarias y no presentar ningún síntoma. la mayoría de los infestados son asintomáticos. Los síntomas que pueden presentarse varían según la localización de este nematodo:
- Piel: la mayoría de las infestaciones, como habíamos mencionado anteriormente, solo llegan hasta el tejido subcutáneo. A este nivel los gusanos mueren y se forma un granuloma en la zona. Un granuloma es una masa de células inflamatorias que rodean y encapsulan a los gusanos. En este caso no hay mayores complicaciones.
- Afectación pulmonar: En las contadas ocasiones en la que los gusanos logran alojarse en los pulmones pueden ocasionar tos, dolor torácico crónico, hemoptisis (Que se define como la expectoración sanguinolenta), fiebre, malestar, escalofríos, mialgias.
- Afectación cardíaca: Excepcionalmente se han reportado casos de dirofilaria en el lado derecho del corazón humano, donde son potencialmente mortales.
Un verdadero desafío diagnóstico
Generalmente se descubre que hay algo anormal de forma incidental. Por ejemplo, al realizarse un estudio de imagen como una rayos x de tórax por otra causa. Esto se debe a que como habíamos mencionado anteriormente, la mayoría de las infestaciones son asintomáticas.
En la Rx de tórax podemos observar una lesión nodular redonda y circunscrita (forma de moneda) de 1 a 4 cm de diámetro. Esta imagen puede ser alarmante, ya que suele confundirse con un tumor maligno. Además, en el hemograma usualmente no se observa eosinofilia, que son el tipo de glóbulos blancos que suelen alterarse en las parasitosis. A su vez los estudios serológicos tienen escasa sensibilidad y especificidad para detectar la presencia de este parásito.
Por tal motivo, como se ha mencionado, la dirofilariasis pulmonar, se presenta como un verdadero desafío diagnóstico. Siendo necesario en numerosas ocasiones procedimientos sumamente invasivos, como la toracotomía con resección de tejido y biopsia, para llegar a un diagnóstico definitivo, y así poder descartar una patología más grave, como la presencia de un tumor maligno.
Estos procedimientos tan invasivos podrían evitarse de no existir dudas en cuanto al diagnóstico diferencial, ya que la dirofilariasis es una enfermedad autolimitada, que no amerita un procedimiento quirúrgico como tratamiento.
Tratamiento
Los seres humanos no requieren tratamiento antihelmíntico y la infección es autolimitada, debido a que la dirofilaria no puede reproducirse en nuestra especie.
Como vemos, es una patología engañosa, todo un desafío diagnóstico, que puede someter al paciente a cirugías torácicas innecesarias. Por tal motivo, es importante incluir la dirofilariasis en el diagnóstico diferencial cuando estemos en presencia del hallazgo de un nódulo pulmonar en las pruebas de imagen. Sobre todo, en zonas endémicas para dirofilariasis.
Si te gusta la medicina, y quieres aprender de otras enfermedades interesantes, en este otro artículo hicimos un top 5 de las enfermedades infecciosas más letales.
Bibliografía
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